El ser de línea 3 está aquí para entrar correctamente en las cosas que van mal.

Y que vayan mal es lo más importante para ellos, ya que es donde aprenden, es donde pueden descubrir lo que no descubren otros.

Los niños de línea 3 son generalmente criados como si estuvieran cometiendo errores, como si no fueran lo suficientemente buenos. Con la sombra del fracaso a cuestas, lo que acaba por romperles por dentro a ellos.

Así que es algo que hay que reconocer, lo más importante para ellos es entender que «cometer errores», es su camino. Y no son errores; son un proceso de descubrimiento que será de gran utilidad a alguien.

Que alguien pueda prevenirnos de lo que no funciona, porque lo ha testado, nos aporta eficiencia, y asegura que no desperdiciemos nuestra energía.

Deberíamos premiar a los niños también por sus errores, ofrecerles un refuerzo positivo, con nuestro interés como padres: Cuéntame, ¿Por qué no funcionó? ¿Qué ha fallado?.

De esa manera les permites analizar lo que no funcionó, les estás dando el mejor entrenamiento que tendrán en su vida, porque estás entrenando lo que es su don, su don inherente.