Existen demasiados presupuestos en torno a la sexualidad, perspectivas muy homogéneas que provienen de pocas fuentes y muy sesgadas por el enfoque en la demostración de unos pocos modelos anclados en una visión muy estrecha de lo que la intimidad puede dar de sí en realidad.
La sexualidad viene entonces en muchos casos a ser poco explorada, confundida o forzada a un único canon conocido, o es directamente temida, rechazada o rehuida, según la suerte de tabús que se han ido forjando por condicionamiento, o encuentros frustrantes, dolorosos y desilusionantes.
De ello emergen vergüenzas, impotencias, bloqueos, o sencillamente no saber dónde meter tu líbido, si presientes que vas a ser juzgada/o por ello.
Es tremendamente importante entrar correctamente en la intimidad respetando tu tipo y autoridad, marca la experiencia misma y posiblemente las experiencias futuras, por ello merece la pena tomar el tiempo de descubrir dónde estás tú en todo ello.